Testimonio Vivo: Paula Peña, 17 años

A mitad de agosto decimos que la sección «Testimonio Vivo» es todo un éxito de visitas. Contamos hoy con la experiencia preciosa de Paula, la más joven de nuestra expedición en Cracovia. Nos cuenta sencillamente cómo lo ha vivido:

Hola a todos: soy Paula y tengo 17 años. Llevo toda mi vida asistiendo asiduamente a la parroquia San Martín de Porres y por fin he podido disfrutar de una experiencia a nivel mundial como es la JMJ de Cracovia 2016. Tengo que decir que una de las personas que me más impulsó a ir fue mi hermano, ya que él ya había ido a la JMJ de Madrid 2011 y, las experiencias que me contaba, las quería vivir yo también en primera persona.

Yo nunca había ido a ningún evento de carácter mundial cristiano, yo solo había asistido a catequesis o algún campamento cristiano, pero quería experimentar el contacto con otros jóvenes cristianos de todo el mundo para poder ver cómo ellos lo entendían o cómo lo vivían. Sólamente con ver su día a día me bastaba. Y claro que sí; que aunque todos seamos cristianos no todos lo vivimos de la misma manera, unos lo interiorizan más que otros y, a medida que pasa el tiempo, te das cuenta que aunque uno sea de España y otro de Estados Unidos la relación con Jesús es la misma.

Los primeros días, Berlín y Praga, me sirvieron para conocer mejor mi entorno, a mi gente: la Diócesis de Burgos. Me ayudó a ver que hay más jóvenes cristianos en mi propia ciudad. A raíz de eso empezó a haber más contacto con más grupos de españoles, luego llegaron franceses, mejicanos… Total que lo que había empezado con un pequeño grupo de burgaleses se convirtió en un encuentro mundial como así se esperaba.

Creo que una de las cosas que más me ha gustado, además de encontrarme con el Señor cada día en la Eucaristía, en la catequesis y en la oración, ha sido las diversas familias de acogida que he tenido. Ver cómo hay personas que no te conocen de nada y encima te abren la puerta de su casa para recibir a los que llegan por el simple hecho de ser cristiano. No hay palabras para explicarlo.

El encuentro con el Papa Francisco fue una experiencia espectacular y satisfactoria. Sus palabras nos animaban -a los jóvenes- a seguir construyendo la Iglesia, ya que no somos el futuro sino el presente de la Iglesia de Jesús. Me siento privilegiada de haber asistido a este encuentro y le doy gracias a Dios por haberme puesto en el camino a muchos jóvenes cristianos.

Como reflexión final de esta Jornada Mundial de la Juventud diría lo siguiente: que por muchos impedimentos que tengas, el calor, las lluvias, la comida, si tienes una meta clara, no hay nadie que se pueda interponer para conseguirla, y mi meta ha sido encontrarme con Jesús.

Doy las gracias a todas los que me habéis ayudado para que esto sea posible, con vuestras oraciones y ánimos. Es una experiencia que jamás voy a olvidar y desde aquí invito a los jóvenes que no se dejen llevar: si quieres participar en un evento así… ¡adelante! ya verás como no te arrepientes nunca.

Paula Peña