Un nuevo Cenáculo ha congregado a estos chicos en la Parroquia. En esta ocasión, el pasado viernes día 5 de mayo, con un sabor netamente pascual.
Tuvieron ocasión de fijarse en el propio corazón, el músculo más importante del cuerpo humano, del cual todo depende… si falla, todo fracasa. En el corazón residen los sentimientos. Jesús también tiene corazón de hombre y nos lo regala, como se lo regalo al apóstol Tomás después de resucitar. Se dieron cuenta de que es fácil parecerse a Jesús, porque nuestro corazón es semejante al suyo.
Juego, formación, cena y oración. Una buena combinación para no perder las ganas de seguir a Jesús.
¡Te seguimos!
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