En el último día de la catequesis de este curso 2016/2017, hemos querido dirigir nuestra mirada a María, la madre de Dios y de los cristianos, que desde el cielo guía nuestros pasos por esta vida. Quisimos que este pasado lunes fuera especial, y que visiblemente nuestra oración fuera escuchada y acogida.
Cada uno de los presentes escribió su carta: presentándose, resumiendo el año, dando gracias por muchas cosas y comprometiéndose a seguir sembrando esperanza durante el verano y más allá. Quemamos nuestras cartas, y vimos como el humo subía a la presencia del Señor; nuestra oración había sido escuchada.
Nos acompañaban los sacerdotes de la Parroquia, que nos traen cada día a Jesús; nuestros catequistas, que nos dan un gran testimonio de vida cristiana; nuestras familias, que quieren lo mejor para nosotros.
Para acabar tuvimos lluvia de caramelos. Más de cinco kilos para compartir.
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