Unidos entre nosotros para ser testigos

Como cada final de curso, familias de la Parroquia de San Martín de Porres nos dimos cita este año en Aranda de Duero y La Aguilera para celebrar juntos la alegría de pertenecer a una comunidad de fe, esperanza y amor. El día ciertamente nos acompañó bastante.

En la celebración de la Eucaristía en la ermita de la Virgen de las Viñas– Don Diego nos invitó a darnos cuenta de que la Ascensión del Señor es una separación esperanzada para los apóstoles: unidos esperaban la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés. Nos invitó a darnos cuenta de las relaciones que a lo largo de la vida vamos gestando y que el evangelio llega a las generaciones posteriores por el testimonio de entrega y de amor de los padres cristianos. Con el evangelio de «Id al mundo a predicar», hemos sentido que Dios en esa misión no nos deja solos.

Después hubo unos juegos que fueron las delicias de los mayores y pequeños –ya en el monasterio de San Pedro Regalado de La Aguilera-. La comida fue muy compartida: cada familia había llevado incluso algo para compartir con los demás. Posteriormente tertulia entre todos. Finalmente la jornada terminó con una oración con las hermanas de Iesu Communio, escuchando el testimonio de sus vidas entregadas. Tuvimos la suerte de presentar a María nuestras peticiones e inquietudes.

Nosotros como familia damos gracias a Dios por la oportunidad que nos brinda la Parroquia: nuestra segunda casa. Lo primero por nuestros hijos, que merecen crecer en un ambiente sano y cristiano; lo segundo por nosotros que vemos cómo los sacerdotes y catequistas nos dedican todo el tiempo del mundo.

Una familia de la parroquia.