Treinta años de vida

Como cada 7 de agosto, la Parroquia se viste de fiesta: es el cumpleaños de D. Diego, uno de los sacerdotes. Este año, por su onomástica, cumplía la edad de treinta; cambio de año y de década. Unos cuantos feligreses se hicieron presentes durante el día, con las llamadas de teléfono y los diferentes regalos.

Lo más llamativo fue la madrugada que se dieron algunos de ellos, puesto que a las siete de la mañana ya lo habían preparado todo: pancarta, coplillas, escalera en mano… La intención era cantar a D. Diego en su despertar el día de su cumpleaños. Misión programada y misión cumplida. Se despertó y nos saludó desde la ventana; nos abrió gentilmente las puertas de la iglesia y desayunamos juntos. Algunas madres habían preparado quesada, rosquillas y bizcocho. Tras todo esto, celebramos la Eucaristía y pedimos por sus intenciones y por su fidelidad.

En la pancarta se podía leer: «Es hora de cumplir tus sueños». El sueño que Dios tiene para cada uno es único. Don Diego lo ha descubierto siendo sacerdote, y él nos ayudará a descubrir el nuestro.

¡¡FELICIDADES!!