Formar EQUIPO es cuestión de miras altas. Jesús enseñó a sus discípulos a mirar hacia arriba sin desentenderse de la tierra. Formar parte del equipo de Jesús conlleva generosidad, constancia y empeño. Precisamente eso es lo que hemos estado trabajando durante el Cenáculo el pasado viernes, el último del mes de noviembre.
Nuestros chicos han podido experimentar, a través de dinámicas, reflexión, oración y convivencia, que todos tenemos muchos sueños y que todos ellos, si se integran, nos enriquecen a cada uno.
Jesús nos ha enseñado a amar a todos y Él se ha entregado el primero… NOSOTROS seguimos sus pasos, porque sus manos son hoy las nuestras.
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