Ángeles Cabezas Terán es catequista en nuestra parroquia de San Martín de Porres. Es una persona alegre, entusiasta, disponible y divertida. Siempre tiene una sonrisa en el rostro y una idea en la mente. Conozcamos a Ángeles un poco más…
Preséntate, ¿quién eres? ¿A quién das catequesis? ¿Cuánto tiempo llevas?
Me llamo Ángeles Cabezas Terán. Este es mi cuarto año dando catequesis en San Martín de Porres a los niños del Despertar Cristiano. Tienen seis o siete años y están en primero de primaria. Soy profesora de latín en el IES Conde Diego Porcelos. Llevo siete años viviendo en Burgos después de trabajar en Galicia dieciocho años.
¿Cómo surgió la idea de dar catequesis en la parroquia de San Martín de Porres?
Una amiga me comentó que necesitaban catequistas en San Martín de Porres y me acerqué a hablar con Don Jesús para ver si el horario de la catequesis era compatible con mi disponibilidad ya que no suelo pasar en Burgos los fines de semana. Mi madre es mayor, vive en Venta de Baños (Palencia) y suelo desplazarme allí de sábado a domingo para acompañarla. Me ofreció ocuparme de un grupo del Despertar los lunes y acepté. Me gusta mucho esta parroquia porque es muy abierta y puedes encontrar personas de diversos movimientos eclesiales y también porque se nos tiene mucho en cuenta tanto para pedirnos ayuda como para ir incorporando las sugerencias que hacemos.
¿Cómo vives la vocación en la iglesia?
Veo la catequesis como una oportunidad de servir a la Iglesia. Pertenezco al Opus Dei y su fundador San Josemaría repetía que » la Obra está para servir a la Iglesia como ella quiere ser servida». Como doy catequesis a niños de 6 y 7 años es fácil ver que detrás de cada uno hay una familia porque se puede tratar bastante a los padres, así que es emocionante acercarles a la persona de Jesucristo a través de sus hijos pequeños y ver cómo estos empiezan a meter a Dios en sus vidas.
¿Cómo son los niños y jóvenes de hoy?
Los niños siempre te sorprenden porque son sencillos y sinceros. Hacen preguntas que exigen respuestas claras y razonadas. No es posible un «porque sí» y aunque se parte de cuestiones de fe hay que darles argumentos comprensibles o creíbles a su nivel. Por otro lado son divertidos y espontáneos lo que hace que enseguida les tengas cariño. Intento rezar cada día por ellos y sus familias porque el trato con Dios requiere silencio y calma, algo difícil de conseguir en nuestra sociedad actual que va tan deprisa. La parroquia puede proporcionar un espacio donde sea posible conseguir esos momentos de paz que nos alejen un poco de lo inminente y nos ayuden a crecer como persona y como familia.
Gracias Ángeles. Es precioso descubrir cómo Jesús nos habla en los más pequeños; de hecho «el que quiera heredar la vida eterna, ha de tener el corazón de un niño, la mirada de un niño, el cariño de un niño». A rezar por ellos…
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