Otro Cenáculo más en el que hemos podido sentir la presencia de Jesús muy dentro de nosotros. En este caso se trataba de arriesgar, de apostar, para llegar a triunfar. El triunfo no es de los que ganan sino de los que perseveran.
En la vida hay muchos momentos de crisis, momentos negativos, momentos de pesimismo, pero hay momentos de esperanza, de creer en uno mismo y de dejarse superar obstáculos y barreras. Jesús es el hombre que acompañaba.
Contemplando Andrés Iniesta, en su año previo al Mundial de 2010, donde tuvo recaídas, lesiones, crisis personales, pero que al final marcó el gol de la victoria, hemos podido descubrir la importancia de sentirse acompañados.
A lo largo de este curso hemos sido acompañados y hemos acompañado a los demás. Eso es lo más bonito que os dejamos.
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