El pasado lunes, día 4 de junio, tuvimos la reunión de Revisión de la Catequesis 2017-2018 con nuestros catequistas. Un momento para examinar un curso que calificamos como «extraordinario» en todos los sentidos. Esto no nos sirve sino para seguir mejorando y para continuar construyendo todo lo que Dios quiera con los que ponga en nuestras manos, porque al fin y al cabo las suyas hoy son las nuestras.
Como obsequio para el verano una planta. También el verano es tiempo para seguir regando y cuidando la semilla de la fe, esa semilla que hemos apoyado para que crezca en el corazón de tantos niños, jóvenes y familias.
El apóstol San Pablo mencionó un privilegio del que todos los cristianos podemos disfrutar: el de ser “colaboradores de Dios”. ¿En qué colaboramos con él? En la obra de hacer discípulos. Pablo compara dicha labor a la de sembrar y regar la semilla, y nos recuerda que Dios es quien la hace crecer.
Cuando un agricultor siembra, no sabe si las semillas van a brotar ni dónde lo van a hacer, porque hay muchos factores que se escapan. Lo mismo sucede en la obra de hacer discípulos de Cristo.
¡Sois un gran regalo! El próximo curso lo descubriremos juntos.
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