Una ayuda hecha carne y corazón

Dedicar tiempo a los demás es una de las tareas más nobles y más cristianas, acompañando, escuchando, alentando. El pasado sábado 6 de octubre daba comienzo el Voluntariado de nuestra parroquia, un año más, en la casa de las Religiosas Angélicas de Burgos.

La caridad, si no nace del corazón, es falsa; por eso quisieron que el corazón estuviera presente en esta primera jornada. Caras nuevas y nervios contenidos que se convirtieron en caras amigas y sonrisas verdaderas.

En la oración pudieron valorar los pequeños detalles, como hizo Jesús, por insignificantes que pudieran ser y se abandonaron una vez más a su corazón. Estas jóvenes tienen la suerte de haber sido por unos momentos «ángeles de la soledad», como se definió Madre Santa Genoveva Torres Morales.