La Eucaristía dominical no sería la misma sin contar con la valiosa ayuda de nuestros Monaguillos. Los momentos en la sacristía antes y después de la celebración son auténticos ratos agradables de encuentro, amistad e ilusión… ahí traemos la vida de cada semana y nos preparamos para ser testigos de lo que vamos a vivir.
Los monaguillos deben sacar su ejemplo de Jesús, que no dudó en ponerse al servicio de toda la humanidad, llegando a sacrificarse a sí mismo. No solo durante las ceremonias sino en la vida cotidiana, los monaguillos deben seguir viviendo su ejemplo de amor, llevando una vida de generosidad, compromiso y precisión. Los monaguillos son los mejores amigos de Jesús.
Desde aquí les agradecemos su sonrisa y su alegría; que poquito a poco vayamos creciendo en número y en amistad.
Debe estar conectado para enviar un comentario.