Las estrellas brillan con luz propia, nunca deslumbran y siempre orientan. Las estrellas no aparecen nunca solas; donde hay una estrella siempre hay más a su alrededor. Las estrellas están arriba, lejos de nosotros, pero también las hay cerca, a nuestro lado.
El pasado sábado, en el VOLUNTARIADO, quisimos ser, por un día, una gran constelación. Así guiados por esta reflexión profunda (ser luz, guía y señal) pudimos servir a los que nos encontramos en el camino.
Recibidos en el nuevo año recién estrenado por la madre Adelina, superiora de las Angelicas de Burgos, dimos nuestro tiempo a quienes nos necesitan. Ya en la Parroquia compartimos la cena, las risas, nuestros quehaceres y proyectos.
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