Los reencuentros siempre son momentos felices, momentos en los que se cuentan las mil y una aventuras que uno ha vivido. Esto ha ocurrido hoy.
Los más pequeños, comenzando la jornada normal en Castrillo, han podido continuar con la dinámica de cada día, incluso disfrutar del juego de la bandera. Los más mayores marcharon desde Riaza hasta la ermita de Ntra. Sra. de Hontanares antes de regresar a Castrillo. Unos días de una convivencia excepcional para poder recargar las pilas.
En este día nos tocaba la dimensión de la salud: «el cuerpo sano». Para ello, Tomás Cantero nos ha dado un taller sobre los primeros auxilios y cómo actuar inmediatamente ante atragantamientos, heridas y otro tipo de percances… pero, ante todo, siempre una consigna: proteger, avisar y socorrer. También hoy ha sido un día para seguir reconciliándonos con Dios.
Y es que, si el cuerpo se une otros cuerpos, puede crear figuras nuevas más vistosas y perfectas: castillos, torres, acrobacias… Esto siempre es costoso, pero vale la pena.
Finalmente, nos hemos podido adentrar en el universo estelar. Nos han explicado fenomenalmente buen las constelaciones, y demás espacios celestes y, con telescopios de gran precisión, ver incluso hasta los planetas. Una velada en la que hemos mirado al cielo, y todo lo que el cielo nos regala.
Ojalá todo esto sea una gran experiencia para seguir dándonos cuenta que lo mejor, siempre es dado.
MIÉRCOLES, 10 DE JULIO (SÉPTIMO DÍA EN CASTRILLO): GRATIFICANTE.
Debe estar conectado para enviar un comentario.