Todo lo bueno se acaba

Y, como siempre, las cosas buenas pasan. Hoy ha sido nuestro último día en la Ciudad Eterna; lo hemos aprovechado mucho. Nos hemos montado en un autobús turístico para volver a recorrer todos los lugares visitados y no visitados, respirando el aire puro imperial.

Hemos tenido la posibilidad de comprar nuestros pequeños recuerdos para nuestras familias y amigos. Hasta hemos grabado una impresión para ponerla en el vídeo conmemorativo. Todo ello con piscina y partidillo de fútbol.

En este día de nuestra peregrinación hemos contemplado a la Iglesia como Cuerpo de Cristo, en el que Él es la Cabeza y nosotros los miembros. Todos somos necesarios en esta barca, pero nadie imprescindible.

Ahora toca descansar y mañana ¡el gran día! Participaremos en la Audiencia con el Santo Padre y por la tarde ya estaremos en Burgos, con ganas de daros un fuerte abrazo. ¡Satisfechos y agradecidos!