Del «yoyó» al «tutú». Un cambio de vida.

Como cada domingo, la celebración de la Eucaristía tiene un carácter muy especial. Es el momento de unirnos con Dios y con los demás a través de Jesús que se nos da en comida. Este domingo pasado fueron los niños y niñas de primero de confirmación los que nos ayudaron a vivirla mejor.

Don Diego, en la homilía, nos explicó un juego nuevo. Es el «tutú», y consiste en destacar siempre lo que Dios hace en nuestra vida. Sabemos jugar al «yoyó», a ese juego que consiste en una pieza de madera con una ranura y una cuerda, que puede hacerle rodar y bailar. El fariseo de la parábola jugaba al «yoyó»: ‘yo’ soy mejor que ese, ‘yo’ ayuno dos veces por semana, ‘yo’ no soy como los demás, ‘yo’ doy el diezmo de todo lo que tengo… El publicano, sin embargo, al «tutú»: ‘tú’, Señor, sabes que soy pecador, ‘tú’ eres más grande que yo…

¡Cuánto disfrutamos de la Eucaristía! Gracias, Señor, porque poquito a poquito nos acercamos al Cielo. El Cielo está muy cerca…