El trabajo de cada día

Hoy en día dedicamos muchas horas a todo lo relacionado con el mundo laboral. Muchas horas a trabajar, o a buscar un empleo por parte de aquellos que no lo tienen, o a formarse para mejorar la formación que nos permita acceder a un empleo mejor pone que nos sintamos más felices. Cuando hablamos del trabajo es muy frecuente escuchar que las personas deseamos trabajar, pero que no queremos vivir para trabajar. ¿Qué dice la Iglesia ante todo esto?

En nuestro GRUPO DE VIDA del pasado lunes, 13 de enero, pudimos ahondar en este tema del TRABAJO: en el deber de trabajar, en la dignidad del trabajo y en el derecho al trabajo.

Cada persona está llamada a contribuir en la construcción de una sociedad mejor y, al mismo tiempo, el trabajo sirve para desarrollar y cultivar la dignidad de la persona. El trabajo no solamente nos proporciona unos medios materiales para vivir, sino que nos hace colaboradores del proyecto creacional de Dios. Trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar.

Con este trabajo de cada día contribuimos a construir el cielo en la tierra. Con aquello que utilizamos en nuestros trabajos, queremos dar gloria a Dios.

¡Gracias por el trabajo y gracias por el descanso!