Heridas que sanan

Hay heridas que matan y otras que sanan. Hoy hablamos de las heridas del mundo. La herida es signo de violencia, de una caída, de un golpe, de un moratón… las heridas nos desestabilizan, nos hunden, nos cambian, nos rompen. Las heridas nos hablan de negatividad, de muerte, de fracaso. Pero hay otro tipo de heridas que no son superficiales, que están muy arraigadas en el corazón de las personas: un desengaño, una violencia, un desencanto en el trabajo… heridas que matan y arrancan la paz del corazón.

En nuestro EQUIPO A hemos podido trabajar desde esta dinámica. Lo tuvimos el pasado viernes 17 de enero. Los chicos comprendieron, a raíz de un acontecimiento que le ocurrió al Papa Francisco con un niño roto porque había muerto su padre, que Dios es bueno y sana las heridas de nuestro interior. Dejar espacio a Jesús es quitar lo que duele y estorba.

Tras el rato de juego y convivencia besamos unas heridas sanadoras: las de Jesús. Son heridas que curan y dan vida desde la cruz.

¡Qué gozo y felicidad sentirnos cerca los unos de los otros! ¡Ya tenemos ganas del siguiente! Lo pasamos genial y, desde luego, que a gusto se nos ve. Gracias a nuestros padres por regalarnos estos momentos. 👨‍⚕️💥