Después de muchos domingos sin poder celebrar presencialmente la misa en la Parroquia, pudimos tenerla el pasado domingo, coincidiendo con la solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos. Con las diferentes medidas sanitarias y de distanciamiento un grupo importante de la comunidad se reunió, en la espera de la otra gran parte de la comunidad que aún no está presente.
Entre todas las celebraciones del domingo calculamos que, unas 600 personas, pudieron escuchar la Palabra de Dios y participar del banquete eucarístico.
Don Diego, en la celebración, nos animó a seguir la dinámica propia de Dios que bajó del cielo pero sube de nuevo llevando el mundo en su corazón… todo lo que «nos pasa» no pasa desapercibido para Él.
Gracias a los moderadores y voluntarios del culto, por hacerlo más fácil, más digno y más seguro. ⭐⭐⭐⭐⭐
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