Con las medidas tan restrictivas que afectan al culto en nuestra ciudad (solo 15 personas), pudimos celebrar el «día del Señor» en unas circunstancias muy especiales. Nosotros en el templo y ellos en sus casas. ¡Esperemos que poco a poco la normalidad se vaya imponiendo! Como siempre, nosotros hemos estado a la altura de las circunstancias transmitiendo las misas de 11:30, 12:30 y 20:30 a través de nuestro canal de YouTube, que ya cuenta con un gran número de seguidores. Gracias.
El Señor nos hablaba, en su evangelio, de la parábola de los talentos… esas cualidades, dones que Dios generosamente entrega a sus hijos. Los primeros administradores se arriesgan y multiplican lo recibido; el otro, en cambio, se conforma con no perder lo recibido de su Señor.
Cada uno tenemos un número favorito. Ese número puede sumarse, prestarse, multiplicarse y dividirse. Los números son signos de realidades más amplias y profundas. Dios goza cuando nosotros somos capaces de ofrecernos… Y es que también, en la comunidad cristiana, podemos ofrecernos. No es que otros tengan que pedirnos algo. Somos nosotros quienes, al vernos con tales talentos, nos ofrecemos.
Ahí está la sencillez de los que podemos ofrecer. Nosotros, mientras tanto, seguimos compartiendo la alegría de vivir en familia.
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