Con la solemnidad de Cristo Rey del universo concluimos un ciclo litúrgico en el que hemos recorrido los misterios centrales de la fe. Pero, ¿cómo es este Rey? ¿Cómo es su Reino?
El evangelio de las obras de misericordia nos ofrecía las claves para acercarnos hasta el Reino. Como huellas, cada obra de misericordia nos orienta hasta conseguir «el gran tesoro». Como si se tratase de algo valioso colocamos un cofre cerrado con un candado. ¡Imposible abrirlo si no damos con la llave! La Iglesia nos ofrece esas claves que van abriendo y desvelando ese tesoro. Son la fe, la esperanza y la caridad, virtudes que nos acercan a la vida de Dios.
Y si está el camino y no perdemos las llaves podemos dar con el tesoro y abrirlo. ¿Qué hay dentro? ¡Nuestro corazón! El Reino de Dios se ha de hacer realidad primero dentro de nosotros para después comunicarlo.
¡Una gran lección y una gran tarea!
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