Nos amó hasta el extremo

Y hemos vivido el quinto domingo de la Cuaresma, que ponía su interés en el valor redentor de la cruz de Jesús: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, no da fruto; pero si muere, da fruto abundante».
Todo el mundo quería ver a Jesús. Se había convertido en la atracción del público durante las fiestas de Pascua. De haber existido cámaras de fotos o bolígrafos para escribir, más de uno hubiera querido retratarse o pedirle un autógrafo. Pero, el valor de Cristo, el que nos ha llegado a nosotros es el de su muerte redentora. Su salvación venida de la cruz traspasa los límites del tiempo y del espacio y llega a todos. Esa es la auténtica novedad del protagonista. Don Diego nos invitó a hacernos un selfie. Tenemos la suerte de poder captar momentos inolvidables, para el recuerdo y el asombro.
En el día del Seminario, pudimos dar gracias a Dios por la labor callada de los sacerdotes, agradecerles su disponibilidad y su vida apasionante. Gracias a ellos, la vida de Dios nos llega. Pedimos por nuestros Seminarios, en la espera de que sean bendecidos por muchas y buenas vocaciones al ministerio ordenado.
¡Gracias a ti, a ti, a ti!