Rey de reyes y Señor de señores

Jesús es «el Hombre nuevo», «el Testigo fiel» y «el Rey del universo». ¡Se lo aprendieron de memoria! ¡Lo.entendieron a la perfección! Pocos signos: las nubes, el caso de un robo y una corona.

Las nubes anuncian lluvia, huracanes; en el caso de este hombre nuevo (del libro de Daniel) trae poder y gloria. Jesús es ese «hombre nuevo».

Si ves a alguien que roba, no eres tú el ladrón. Eres testigo de lo que ha pasado y si lo cuentas tal y como sucedió todo eres fiel. Jesús es el «testigo fiel» porque nos cuenta quién es Dios y cómo es.

La corona nos habla de un rey. En el evangelio del pasado domingo, Pilato se queda perplejo ante Jesús «a quien atribuyen el título de rey». Está solo delante de él, sin ejército, sin defensa, sin corona, sin ropajes… Solo está ahí anunciando un reino nuevo.

Quizás a nosotros se nos cuestione también no si somos reyes, pero quizás sí si somos cristianos. La entrega de la vida anuncia el Reino, ese reino que Jesús enseña con su vida, predica con sus palabras y testimonia con su entrega en la cruz.

¡Rey de reyes y Señor de señores!