¿En qué empleas tu tiempo? ¿Es que puedes acaso controlar el tiempo? ¿No tienes la sensación de que el tiempo vuela? Y, si hoy fuera el último día de tu vida, ¿qué harías? Estas son las preguntas sobre las que hemos podido reflexionar a la luz del Evangelio.
En el mundo en el que vivimos, tan saturado y con tanta prisa, tener tiempo para Dios y para los demás es fundamental. Es el tiempo bien empleado, invertido y de calidad. Por eso, en nuestra GRAN FAMILIA, el tiempo no juega en nuestra contra, sino que el tiempo es nuestro aliado pues nos conduce a la eternidad.
¡¡Gracias por «perder» de vuestro tiempo!!
¡¡Perder en muchas ocasiones es «ganar»!!





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