En ocasiones las cosas son más sencillas de lo que aparentan ser: dejar que pase el tiempo. «Felices somos si nuestro tiempo es para los demás».
Una vez más nos hemos reunido en FAMILIA; y es que nos encanta hacerlo.El tiempo a veces juega en nuestra contra y, en ocasiones, es el mejor aliado. En el trabajo en grupos salieron un montón de reflexiones aprovechables para la vida. Finalmente, delante del Señor hemos comprendido que siempre Él no ofrece momentos para encontrarle. Parece difícil, pero es muy sencillo; basta abrir los ojos de la cara y los ojos del corazón.
¡Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír! ¡Nunca es tarde!









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