Cuando nos santiguamos haciendo sobre nosotros la señal de la cruz, nos señalamos como miembros de Jesucristo y de su Iglesia; ponemos a Dios en nuestra vida; le ofrecemos lo que somos, hacemos y tenemos.
Hacer este signo sobre nosotros es ofrecer a Dios nuestra vida, manifestar al mundo nuestro deseo de seguir e imitar a Jesucristo. Tocar sus pies para que los nuestros sigan sus huellas.
¡Otra forma de catequesis es posible!






Debe estar conectado para enviar un comentario.