«Subamos a la montaña santa»

Este segundo domingo del tiempo de Cuaresma, Jesús nos invitaba a subir junto con el al monte Tabor. Es, en ese lugar, donde los discípulos más íntimos, Pedro, Juan y Santiago, anticipan la luz de la victoria, la blancura del rostro siempre nuevo de Cristo.

También la primera lectura nos hablaba de la vocación de Abraham, para ser padre de una muchedumbre de pueblos. Y es entonces, porque hay una MISIÓN que llevar a cabo, hay también una VOCACIÓN, una llamada a personas concretas.

La Cuaresma sigue siendo el camino propicio para sentirnos acompañados por el Señor y por la comunidad cristiana que se reúne para celebrar frecuentemente los misterios de la fe. Para nosotros, este domingo ha sido un domingo muy especial, ya que después de la celebración abrazamos a nuestra parroquia.