Dentro de unos días diremos: «Mirad el árbol de la cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo». La cruz es el lugar de la salvación. Ahí es donde Dios nos ha demostrado el derroche de su amor y de su entrega. «En Cristo, encontramos el rostro misericordioso de Dios».
Pero Jesús nos invita a asemejarnos a Él en su modo de vivir. Las Bienaventuranzas son el camino para alcanzar la felicidad que Dios ha preparado para el hombre. El camino de la santidad que estamos llamados a recorrer. Las Bienaventuranzas responden al deseo que Dios ha puesto en el corazón del hombre. El tema es como encontrarlo; no es un camino utópico, sino que está promesa de felicidad está avalada por el testimonio de tantos que lo largo de la historia han sido capaces de cargar con la cruz y comprometer su existencia a vivir los valores del Reino.
A eso estamos llamados: a visibilizar que Cristo sigue entregándose cada día.
¡Gran Familia!

Debe estar conectado para enviar un comentario.