«La misericordia del Señor llena la tierra». El pasado domingo segundo de la Pascua celebrábamos el día de la Divina Misericordia; una fiesta instituida por el Papa San Juan Pablo II para hacernos caer en la cuenta del corazón misericordioso de Dios. Don Diego nos invitó a darnos cuenta de que la Pascua es una transformación y por tanto un proceso… algo que siempre hemos de hacer, día a día. Es transformar nuestra vida en su Vida Nueva.
Con ocasión del Evangelio de Tomás, donde le cuesta creer en la Resurrección, vimos el peligro de encerrarnos en nosotros mismos, en nuestros esquemas y proyectos, y la importancia de abrirnos a su amor, ese amor que no se ve pero lo cambia todo.
En esta celebración presentamos a los niños y niñas que recibirán su Primera Comunión durante estas próximas semanas. ¡Feliz Pascua de Resurrección!










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