Nos queda muy poquito para acabar el curso. Cada ofrenda, cada gesto, cada persona, cada acontecimiento… ha sido un regalo de Dios.
Nos queda el remate final: las primeras comuniones, el día de las familias, la ofrenda a María, la vorágine en la preparación del Campamento, las mejoras en la parroquia…
¡Que detalle, Señor, has tenido con nosotros!




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