Siempre llama la atención la fuerza del «sí» de María. Fue distinto a un «sí» como diciendo: bueno, vamos a probar qué pasa. María no conocía esa expresión. Era decidida.
Se trata de ser decididos; se trata de estar disponibles siempre y ante todo para dar una respuesta. Se compromete y lo arriesga todo, sin más seguridad que la certeza de saber que era portadora de una promesa.
También nosotros queremos ser portadores de una promesa nueva y auténtica. Dificultades las habrá, pero no serán nunca razón para decir «no». ¡Comenzamos la andadura para la JMJ de Lisboa 2023! ¡Lo mejor no es lo que das, sino lo que recibes!




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