«Unidos en torno a un mismo altar»

Una vez más, el Señor nos ha convocado en su casa en su día: el domingo. Lo ha hecho con una invitación rotunda «venid conmigo y os haré pescadores de hombres», y con una respuesta cierta y firme, la de las dos parejas de hermanos: Pedro y Andrés, y Santiago y Juan, «dejándolo todo lo siguieron».

Una respuesta así solo puede darse desde la disponibilidad, desde ese estar abiertos a la voluntad de Dios. Seguramente en sus casas habían sido educados así. Les llama en la cotidianeidad, en el trabajo, en la faena… y lo hace no anulando lo que ya eran (pescadores) sino sumando y añadiendo algo nuevo (pescadores de hombres).

Jesús va llamando a los suyos y va conformando el apostolado; sabe que solos no pueden subsistir, y por eso Jesús hace un equipo en torno a Él. Esa es la comunidad. Cada domingo, con alegría, formamos esa comunidad, la hacemos crecer y vivir para dar fruto en abundancia.

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