Brindemos con Agua

¿Y si brindamos con agua? Sí, con el agua que sacia realmente la sed. ¡Jesús es el «agua viva»!

El pueblo de Israel sintió el acompañamiento de Dios en su travesía del desierto a través del agua que surgió de la roca, cuando Moisés la golpeó con su bastón.

La samaritana necesitaba saciar su sed en un corazón grande; sin ser juzgada ni condenada.

Beber de Cristo, para ser como Cristo. Que nos sigamos empapando de Dios durante esta cuaresma para que nos mojemos más en darle a conocer.