La miopía, la presbicia, las cataratas, la ceguera… Todas ellas son enfermedades que debilitan nuestra vista o la topan del todo. Obstáculos insalvables para quien no quiere encontrar remedio. Unas gafas pueden ser la solución.
En el caso de Jesús, Él fue la causa para que el ciego de nacimiento to pudiera ver y así encontrase el sentido de su vida. Porque Dios mira el corazón y no las apariencias.
Qué bonito es encontrarse cada domingo y sentir que Jesús nos da siempre la alegría.










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