¡Ya teníamos ganas! Después de todo un año el sábado 18 de marzo volvimos a juntarnos para nuestra tradicional Convivencia. ¡Un éxito en participación!
Nuestros catequistas lo habían cuidado todo: las inscripciones, los equipos, la decoración, el ambiente, la música… y es que cada detalle es importante para vivir estos momentos.
«Una vida de película» era el lema que nos congregaba. De cada película siempre sacamos moraleja y enseñanzas… ¡Cuánto más si llegas a la Parroquia y te encuentras que se ha convertido en una sala de cine!
Hasta aquí todo normal… el tema es que a veces te encuentras con «un director» que no prevé nada, que lo deja todo para el final, y tiene que hacerlo todo a última hora…











Sin previsión y sin guión, así que decidimos componer la mejor película de la historia: la película que Dios hace con nosotros como protagonistas.
Así lo hicimos en la presentación del día y en las catequesis posteriores, donde nos hablaban de los magníficos, de las instrucciones, de las crónicas más bellas… «El Señor de los amigos», «Crónicas de Cristo», «Que mi fuerza te acompañe», «Dios misericordia», La misión es posible», «Fantastic»…









Juegos, canciones, bailes… Comimos juntos y compartimos risas e ilusiones. Tuvimos una rifa… Y es que éramos tantos que pudimos disfrutar a rabiar. Daba igual a lo que nos tocara, había que pasarlo bien y conocer a mucha gente. El director y sus ayudantes nos iban dando las pautas… ¡Ya casi lo teníamos a punto! Solo nos quedaba estar un ratito con el GRAN DIRECTOR.









Con una procesión acompañamos a Jesús y le dimos gracias por este bonito encuentro. ¡Él es el GRAN DIRECTOR que conoce nuestra vida! A Él le entregamos nuestro corazón.
Le pedimos sinceramente que nos guarde siempre, que vele por nosotros y que nos enseñe a tratar frecuentemente con Él, a mirarle con cariño y a tenerle cercano como a un amigo.












Y para acabar señalar la colaboración de nuestra familias; sin su ánimo y participación no hubiera sido posible.
Montones de detalles y sonrisas, anécdotas y amigos, ilusiones y esperanzas. Solo en los detalles encontramos el cariño de los demás.
Gracias a todos. Esta es vuestra casa. Gracias a los catequistas por hacer que todo sea diferente y que estos niños crezcan en la verdad. ¡Gracias por todo y por tanto!









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