«El Espíritu Santo nos pone a tono»

Cincuenta días después de la Pascua hemos celebrado Pentecostés: la fiesta del Espíritu Santo, la fiesta de la Iglesia.

El Espíritu Santo viene a afinar lo que está distorsionado, lo que no suena bien, para crear una armonía maravillosa entre todos. Esa es la misión del Espíritu: poner nuestro corazón a tono para poder hacer de nuestra vida una sinfonía maravillosa.

Como una guitarra desafinada aturde, una guitarra afinada agrada. ¡Ven Espíritu sobre nosotros! Que nos encontremos por los caminos del mundo.